miércoles, 27 de febrero de 2013

Cursi, romántico, tonto… ¿y a mí qué?


Foto0932
Hoy mi carta va a ser muy diferente a las que habitualmente vengo escribiéndote.
Esta noche pasada he tomado una decisión. Se acabaron los puntos suspensivos, las frases indirectas, las siglas… Es hora de dejar los formalismos y llamar a las cosas por su nombre. Sin avergonzarme.

Empezaré por las siglas:

M.G.: Me Gustas
M.G.E.C.: Me Gusta Estar Contigo
M.G.E.S.D.D.: Me Gusta El Sabor De Desearte
T.S.G.D.V.: Tengo Siempre Ganas De Verte

Seguro que muchas las habías descifrado. De todos modos quiero dejar constancia por escrito de lo que de verdad significaban por si en alguna ocasión necesitas encontrar fuerzas para seguir adelante o por si necesitas empaparte de estas palabras para superar las pruebas a las que te someta la vida. Alguna no será fácil, los dos lo sabemos. Estoy preparada para asumir los riesgos. No hace muchos días que descubrí, al fin, lo que siento ti.

Acércate, cariño, abre las palmas de tus manos y toma mi corazón. Es tuyo. No te asustes porque tiembla. Es la claridad. Llevaba tanto tiempo escondido que ni él se cree que pueda estar ahora en tus manos.

No sé cómo ha sido, ¿o sí lo sé? El otro día, de repente sentí que me gustaría ser madre de nuevo. Y que querría que ese hijo fuera nuestro. No podrá ser, ya sé que soy mayor pero no importa. Lo imaginé. Un sueño. También me atreví a hacer una breve incursión en el futuro. Seguías a mi lado y esa imagen me hacía feliz.

Ese fue el momento. Las endebles murallas que tenía construidas se derrumbaron por completo. Ya no tengo defensas. No escogí que esto sucediese. Tampoco estoy arrepentida, todo lo contrario. Pero no voy a negar que no sienta miedo. Te quiero. Te quiero mucho. T.Q. Las siglas que nunca me atreví a escribir aunque tímidamente sentí como querían escaparse de entre mis dedos.

Ya está escrito.

Tienes que saber que no voy a rendirme a la primera contrariedad. Sabes que no es mi estilo. Si pierdo la guerra no será porque no haya intentado hacer frente a cada batalla Emplearé todas mis armas: los besos más dulces, la entrega más apasionada, los abrazos más sentidos, las palabras de apoyo más incondicionales…
Foto0933

sábado, 23 de febrero de 2013

Antes del poema tonto de viernes

 

images

Poema tonto de viernes

 

Rosa y Andrés estaban apurando los últimos minutos antes de irse a la cama. Ella tejía un jersey de lana marrón mientras medio escuchaba el programa que estaban poniendo en la tele. Andrés estaba tonteando con su tablet.

- Mira, ¿a qué te gusta?

En la pantalla de la tablet se veía a una chica guapísima, desnuda de cintura para arriba, sosteniendo un corazón rojo entre las manos que decía en letras blancas: I love you.

- ¿Y dices si me gusta? Bien sabes que me parece una horterada.

- Por eso te lo digo, tonta.

Siguieron cada uno a sus cosas. Rosa apurando las últimas vueltas y Andrés apurando sus últimas fotos y actualizaciones en su tablet.

- Bueno, yo ya me voy para cama, cariño – dijo Rosa metiendo la labor en la bolsa.

- Y yo también, estaba esperándote.

Recogieron y apagaron luces, camino del dormitorio.

Andrés ya estaba en la cama y Rosa todavía seguía trasteando por el baño. Que sí un pelo de una ceja, Que si una espinilla. Que si un pelo de una pierna. Que si la crema de los talones…

Y de repente se le ocurrió.

Cogió un pintalabios rojo y se pintó un corazón entre los pechos. Bien grande. Apagó la luz del baño, y satisfecha y sonriente se metió en la cama.

Se colocó sutilmente sobre el cuerpo desnudo de Andrés y se incorporó un poco para que la luz de la mesita de noche iluminara su gran corazón rojo. Como no podía ser de otra manera, Andrés lo vio y los dos se pusieron a reír a carcajadas por la ocurrencia.

Y…

martes, 19 de febrero de 2013

Bye, bye, Goyito


De Goyo, ni rastro. Como lo estás leyendo, cariño. Se marchó. Esta mañana, al levantarme, lo busqué por toda la casa y no está. Apareció una nota en el sofá del salón. En sus breves palabras de despedida, nos dice que siente no poder esperar a conocerte y que fue feliz entre nosotras pero que tiene que seguir su camino. Que no le guardemos rencor pero que él tiene que seguir ayudando a las princesas de los cuentos. Que le perdonemos.

Violeta hasta lloró del disgusto.

En fin, supongo que hay que aceptarlo. Era una historia muy bonita para ser cierta, ¿verdad?

¡Qué nervios, amor! Ya quedan pocos días para que regreses de nuevo. Como en anteriores ocasiones, no sé cuántos, ya sabes que nunca los cuento. Me gusta más recibir la sorpresa cuando me dices ¿Me puedes venir a buscar?

Al principio de tu marcha todo es más fácil. Te vas y me concentro en no pensar en ti, ni en el tiempo que voy a estar sin verte. Pero poco a poco conforme se acerca la fecha de volver a vernos mi cabeza se va relajando y los instantes de deseo llegan con más frecuencia y más fuertes. Y en ese deseo incluyo todo, no sólo la parte física. Como hoy, por ejemplo. Estaba leyendo el periódico cuando descubrí que habían estrenado una película que me gustaría ver. Podría ir esta tarde, no tengo ningún plan previsto pero me encantaría que la viéramos juntos para comentarla, para que te burles de mí si lloro… para que nos peleemos por las palomitas… Esperaré a que llegue esa ocasión en que podamos compartirla.

Este fin de semana me estoy sintiendo un poco rara. Pero no te preocupes, estoy bien, de verdad, sigo encontrándome tranquila y animada. Rara es sólo distinta. No te vas a creer por qué se me ha dado. Me han entrado unas ganas terribles de tener un perro. Creo que podría hacerme pasar muy buenos ratos. Nos daríamos compañía y cariño mutuamente. Hasta he ido a ver una tienda de animales a ver si tenían algún perrito en el escaparate. Sólo había dos pequeños gatos dormidos: uno negro y otro a pintas negro y castaño. Estaban de foto. Tal vez sólo quiero aliviar mi “soledad” y lo escribo entre comillas porque ya sabes que amigos para salir no me faltan. Pero no es eso. Seguro que entiendes lo que quiero decir. Aunque si algún día tuviera un perro, adoptaría, por supuesto. Que hay muchos perrillos abandonados y necesitados de mucho cariño.

Ains!... Y es que Violeta está con un carácter muy complicado. A veces la siento muy cerca y otras a mil años luz. No consigo saber, por más que lo intento, lo que pasa por su cabeza, lo que le preocupa. Supongo que sólo tengo que tener paciencia y esperar a que crezca y madure. Entonces imagino que podremos ser buenas amigas. Al menos lo intentaré.

Ahora estoy haciendo la sobremesa, y fumando un pitillo, después del helado de rigor. Ya sabes cómo me pierden los helados, tanto en verano como en invierno. Y voy a prepararme tan pronto acabe una infusión para ir a zapatearme en el sofá ¿Te preparo una y vienes a tomártela conmigo? ¿Qué dices? ¿Qué sí?

Estupendo.

P.D.: Esta carta es muy sosa, cariño. Lo siento. Es el invierno. Y lo mucho que te echo de menos.

viernes, 15 de febrero de 2013

Poema tonto de viernes

















la imágen de aquí


todavía tengo pintado un corazón rojo en mi pecho.

me lo dibujé ayer por la noche con un rotulador
para reirme de mi inocencia,
de mis luchas infructuosas contra el mundo,
y para que Congo también se riera al verlo,
cuando viniera a la cama.

¡y cuánto nos reimos después los dos juntos
cuando lo descubrió!






martes, 12 de febrero de 2013

Goyo


la imagen es de aquí

Estoy desesperada y no sé a quién pedir ayuda. Tienes que venir.

Antes de continuar, decirte que no me parece bien que en vez de presentarte en casa como es de recibo te metas en mis sueños sin consentimiento. No es justo.

Aunque de todos modos debo darte las gracias. Desde luego tengo que reconocer que te haces notar de una forma muy original. Y el nombre que has escogido para el dragón me encanta: Goyo. Cuando se lo dije a Expiro se sinceró conmigo:

- ¡Uf, menos mal! Expiro no me gustaba demasiado
- ¿Por qué no me lo dijiste, tonto?
- Pues porque no quería ser descortés
- Parece mentira…
- Asunto arreglado, ya está
- ¡Ay, los dragones como sóis!

Por la mañana no quise despertar a Violeta para preguntarle qué le parecía pero seguro que también le gusta. Y además, lo más importante es que Goyo está contento. Y el pobre necesita alegrías, creo yo.

Bueno, voy a contarte. Lo he intentando todo. Y cuando digo todo, es todo. Se niega a comer. Dice que no come porque está triste. En casa con nosotros se encuentra a gusto pero está erre que erre en que tiene un secreto que no puede compartir con nadie porque nos reiríamos de él. Serpi, la serpiente peluche incluso lo hipnotizó con sus ojos de botón. Pues ni con esas. ¿Tú sabes que le puede pasar a Goyo? ¿Será un asunto de faldas? ¿Tú crees que los dragones se enamoran? Tengo miedo de que se enferme por no comer. ¡Ya pasaron dos días!

Ayer estuve tres horas delante del ordenador consultando por internet y no encontré en ninguna página qué es lo que comen los dragones. Le preparé compota de manzana, flan de huevo, mousse de limón, tarta de coco, macedonia de frutas... Se niega en redondo a llevarse una cucharada a la boca. Lo que sí es seguro, que tanto Violeta como yo acabaremos por coger unos cuantos kilos, con tantos postres que nos comemos.

Si tú no vienes, no sé quién va a poder echarme un cable. Esta mañana quedaba suspirando sentado en el sofá y con la mirada ausente. Me siento totalmente incapaz porque no sé qué cuidados necesita. Le he contado la fiesta de bienvenida que haremos para celebrar tu vuelta y su bautizo oficial. Nada. Su cara sigue imperturbable y su boca cerrada a cal y canto.

En fin. Como no surja un milagro creo que Goyo... no quiero pensar en esa posibilidad porque no lo soportaríamos…

Del resto poco más que contarte. Bueno, no es del todo cierto. Ayer me pasó algo muy “guay” pero no quiero decírtelo por carta. ¿Y si la carta se pierde y alguien que no seas tú la abre por curiosidad? Vamos, que me moriría de la vergüenza. Porque es algo…

Vale, sí, te lo contaré, como dices tú siempre: “Antes revientas”. Y no quiero que me digas que soy perversa y retorcida y que me gusta dejarte intrigado. Pero cada cosa a su tiempo.

Tengo que dejarte ya. A ver si me puedo escapar hasta casa un momentito para echarle un vistazo a Goyo.

P.D.: Te envío como siempre montones y montones de besos y decirte que eres mi última esperanza. Te quiero, cariño.


martes, 5 de febrero de 2013

Palabras concéntricas

La ilustración es de Rie Nakajima, y la encontré en el blog de Pluvisca "Gozar con la mirada", que os invito a visitar porque merece mucho la pena.


Cariño, perdóname. Hace mucho tiempo que no te escribo. Y no ha sido por falta de ganas, la verdad. Echo de menos contarte mis cosas pero es que no se me ha ocurrido nada interesante. No quiero aburrirte. Bastante tienes tú ya. Y además no quiero que salgan en torrente todos los sentimientos que tengo escondidos. Siento miedo. Esa es la principal razón para no sentarme ante la hoja en blanco.

No sé por dónde empezar.

Desde que nos conocimos soy otra mujer. En algunos aspectos le has dado un giro a mi vida de 360º. Cuando pienso en ello no dejo de sorprenderme. No sabía que pudiera ser como soy y que este cambio me hiciese tan feliz. Es curioso pensar en todas las transformaciones que podemos hacer los seres humanos. Cosas que en un momento de nuestra vida son impensables, más tarde acabamos por hacerlas con total naturalidad. En realidad somos, la mayoría, camaleónicos. Y cuanto más cambiamos más crecemos. Esa es mi teoría. Creo que la diversidad en todas sus vertientes siempre es gratificante y enriquecedora.

Pero estaba hablando de mí.

¡Ay!, no puedo seguir.

Las palabras concéntricas quieren esconderse del papel. Intento guiarlas lejos para que no vengan a darme de lleno en la cara con sus grandes verdades. Por eso las voy a disfrazar. Por ejemplo a la A le voy a poner una corona. Parece una vela encendida. Y ahora la B. Si le pongo otra corona pero por debajo parece un sombrero. Una al azar, venga. La T. Le coloco un medio círculo encima y es una seta o un champiñón. Se me olvidaba la O, la O es mi preferida. Es un círculo concéntrico perfecto. Porque tú ya sabes que para mí existen los círculos concéntricos, elípticos, geodésicos… me encantan estos círculos estrafalarios y rimbombantes que rompen todas las leyes matemáticas y geométricas.

Romper, romper, romper, romper.

Cambiar, continuar, probar, desistir.

Divagar, consentir, liberar, navegar.

Romper, romper, romper, romper.

¡Como se me va la olla! Tal vez esté un poco mal de la tartera pero ¿hay alguien cuerdo en este mundo? La locura en todas sus formas va ganando terreno a pasos agigantados manifestándose ampliamente en multitud de aspectos: incendios, plagas, contaminación, guerra, drogas, alcohol, xenofobia, discriminación, indiferencia… CRISIS.

Me he desviado del motivo de mi carta, cariño. Tendrá que quedar para otro día. Ahora se me hace tarde. Tengo que llevar a alguien de paseo. ¿Te he contado que tengo un dragón en casa? Resulta que terminé de leer la otra noche un libro de un Caballero con una armadura oxidada y mágicamente al despertarme por la mañana me encontré con un pequeño dragón de color verde y naranja. No sé muy bien que cuidados necesita. Tienes que ayudarme. No puedo pedírselo a nadie más. No me entenderían. Tú, en cambio, crees en mí y por eso te quiero tanto.

Por cierto, todavía no lo hemos bautizado oficialmente. Violeta dice que quiere llamarle Expiro ¿Te gusta? Cuando regreses haremos una fiesta. Le he hablado de ti y está deseando conocerte.


-Ya sabes lo que quiero poner aquí entre guiones -