miércoles, 30 de noviembre de 2011

Mirar atrás

 

con burro
Hace un tiempo, leyendo esta entrada de Gelu y sobre todo viendo las fotografías que la ilustraban [en su blog Penélope aguarda en Ítaca], recordé que yo también tenía fotografías de cuando era pequeña acompañada de diferentes tipos de vehículos: coches, motos, bicicletas y hasta borricos [burros].

Ayer, después de comer y aprovechando que dimos cuenta de un buen cocido de repollo en casa de mis padres, me dispuse a buscar algunas de esas fotografías, como le dije en su momento a Gelu que haría [si no me falla la memoria], pero mi madre tiene tal cantidad de álbumes que me pareció una tarea titánica que tendría que dejar para otro día, en el que dispusiera de más tiempo.

Aún con todo, no me pude resistir a curiosear en alguno, y así fue como me topé con esta fotografía. Lo primero que se me vino a la cabeza fue:

un dos tres

Veinticinco respuestas acertadas a veinticinco pesetas cada una, hacen un total de Seiscientas veinticinco pesetas.

¿En la época de la fotografía ya vería Un dos tres, responda otra vez? Porque no me digan que no parezco una de aquellas Secretarias del programa, con mis gafas grandes y todo… por no hablar de lo de ir enseñando pierna.

¡Pero qué pinta de redicha que tenía!

Mi madre, todo hay que decirlo, no quería que me llevara esa foto porque decía que ahí no se me veía muy bien mi cara bonita [siempre me ve con buenos ojos].

¡Ay, las madres, siempre metiéndonos en donde no nos llaman!

A pesar de la pobreza que se ve detrás del portalón de madera de nuestra casa [años más tarde, garaje del vespino naranja de mi padre y después del mítico R-5 blanco] ya se nota que a mi madre le gustaban las flores. Las plantaba en cualquier lugar, dígase bloque de cemento, ladrillo, maceta, balde [en mi casa no se llamaba cubo]… “o que fora”, que decimos por mi tierra [lo que fuera].

Ahora mis padres viven en un piso, por lo tanto mi madre ya no puede plantar flores, ahora las compra pero para llevar al cementerio, en casa las pone plásticas. Y no soy quien de desmontarla de esa idea, así que sólo me queda hacer lo de: “Vivir y dejar vivir”. A veces llora [lo hizo en el Tanatorio hace poco tiempo cuando surgió la conversación] si le digo que yo no iré al cementerio a llevarle flores, claro, yo soy su única hija y por tanto su única esperanza. Se quedó un poco más tranquila, cuando un vecino, un par de años más joven que yo, le dijo que no se preocupase, que él le dejaría alguna flor de vez en cuando. La verdad es que podía complacerla, ella no se enterará si le llevo o no flores cuando se muera [en caso de que lo haga antes que yo] pero no me gusta mentir. Y además ella sabría si le cuento o no verdad que las madres lo sabemos todo.

Mi padre, en cambio, no se mete en nada, “igual lle da arre que so” [igual le da arre que so].

¿Y todo esto a cuento de qué venía?

 

Y esto sonaba en 1962, el año en que nací yo

domingo, 27 de noviembre de 2011

Más cine, por favor

 

153

tóca [me] la otra vez, Congo

- Usted le trae mala suerte

- Tócala Sam, déjame recordar

- No sé a qué se refiere

- Tócala Sam, toca El tiempo pasará

- Se me ha olvidado esa canción, no recuerdo la melodía

- Te la recordaré

[Ella empieza a tararearla y Sam comienza a tocarla]

- Cántala Sam

miércoles, 23 de noviembre de 2011

Detrás del muro

 

SAM_2020

Y bien, ¿qué te parece el relato?

Así, a bote pronto, me surgen algunas dudas.

Uy, malo malo porque entonces es que no conté bien la historia.

Que no, tonta, igual es que yo no la comprendí bien.

Cuando un relato hay que explicarlo es que no se ha hecho bien el trabajo. Eso decía el profe de Taller.

A ver, es que… Me pregunto: ¿Cómo se le ocurre a una mujer que sabe que su marido es celoso, decirle que se siente atraída por otro?

Craso error. Si en el relato no se cita explícitamente que el marido era celoso, es porque supuestamente no era celoso. Me explico. A veces, durante toda una vida nos comportamos de una forma determinada hasta que se produce un cortocircuito, un trauma, una situación nueva y entonces surge la verdadera personalidad. Suele suceder así en personas que son muy reprimidas o tan egoístas que no quieren ni el mínimo cambio en su vida . Y no es que lo diga yo, lo dicen los psiquiatras y psicólogos. Por eso cuando oímos algunas noticias se dice eso de “era una persona normal”. Aparentemente era normal pero rascando un poco, había conductas que no encajaban dentro de la normalidad, entre comillas.

Ya, ya entiendo.

En el caso que nos ocupa, la mujer no sabía el alcance de esos celos, es más nunca había pensado que su marido era más celoso de la media. Porque todos somos un poquito celosos, todos tenemos miedo a perder aquello que queremos pero de ahí a los celos patológicos, que serían los que quise retratar en este relato, hay unos cuantos escalones. Digamos que el hombre enloqueció ante la idea de que su mujer sintiera algo por otra persona que no fuera él.

Supongo que es una situación difícil de digerir.

Todos las complicaciones y problemas de la vida (sea infidelidad, enfermedad, pérdida, ausencia… lo que sea) son difíciles de digerir, eso lo comprendo, pero de ahí a decir que se merecía un tiro… Lo que te digo, escalones.

Y después hay otra cosa que no me quedó clara. ¿Había algún tipo de maltrato anterior?

Nooooooooo. Tampoco se dice y si no se dice es que no lo había. Eran una pareja modélica hasta que surgieron esos sentimientos por parte de ella.

¿Y por qué ella se lo tuvo que contar?

Porque ella pensaba que él, además de su marido, era su amigo, su compañero… Ahí también se equivocó.

No sé, yo preferiría no saber ese tipo de cosas.

Eso ya es harina de otro costal. El caso es que ella se lo contó [inocente] porque creía que efectivamente podía ayudarla a superar esa atracción, obsesión o lo que quiera que fuese. La mayor parte de las veces esos sentimientos, igual que vienen, se van y no hay que darle más vueltas. En la vida de una pareja de larga duración pasan muchas cosas y nos vemos expuestos a muchos tipos de situaciones. Pero también hay ocasiones en que esos sentimientos surgen porque la relación está desgastada o necesita un aliciente y entonces son el detonante de una ruptura incipiente.

Es un tema muy complejo el que propones, quizá el relato sea un entorno demasiado corto para abordarlo, haría falta toda una novela, creo yo. Un novelón, más bien.

Puede que tengas razón.

¿Se arrepintió la mujer alguna vez de haber contado eso a su marido?

No, de ningún modo. Ella creía que así debían hacerse las cosas, con sinceridad, con franqueza, y fue consecuente hasta el final. Además, descubrir que su marido era como era fue una decepción que tampoco pudo superar. Es como si lo hubiese destronado. No, nunca se arrepintió, es más, no quería un hombre así a su lado, un hombre que a la primera de cambio (porque era su primera crisis matrimonial en 10 años) la iba a dejar tirada. No. Los sentimientos surgen, ella no había buscado nada, en el corazón no se manda, ¿sabes?

Ya, visto así…

Cada uno tiene sus ideas y todas son respetables, por supuesto. Pero piénsalo. Ella sólo le estaba confesando un sentimiento, no una infidelidad. Él no se la encontró en la cama con otro [es más, mis personajes nunca tuvieron un idilio, ni una aventura, todo fue platónico] porque si fuera así, ¿cómo sería la reacción de él? Entonces sí que le pegaría un tiro, ¿no?

Da miedo pensarlo.

Claro que da miedo. Es más, después de la separación él siguió atosigándola y haciéndole la vida imposible todo cuanto pudo [no mucho porque ella no se lo permitió pero…]

Joder, que mal rollo. Ojalá nunca me pase a mí.

Ojalá.

Venga, dale a Publicar al relato y vámonos o no llegaremos a tiempo.

Venga, va, y ya veremos a ver si se entiende o no se entiende lo que quiero contar.

Y después del muro… La libertad de volver a empezar

quería un amor como el que cantaba Nacha “… mi cómplice y todo…”

Foto: Playa de Famara, Lanzarote.

sábado, 19 de noviembre de 2011

El muro

 

SAM_1947

Un día, después de más de diez años de matrimonio, le confesé al que entonces era mi marido, que no sabía lo que me estaba pasando pero que me estaba sintiendo atraída por un compañero del trabajo.

“Tienes que ayudarme”, le dije, “Porque yo quiero superar ésto a tu lado ya que es a ti a quien quiero”.

Un tsunami asoló nuestro hogar, nuestra pequeña familia.

Nada ni nadie fue capaz de parar el huracán de los celos.

Y otro día, Él me dijo:

“Tienes suerte, otro en mi lugar ya te habría pegado un tiro”

Palabras textuales.

Si en ese justo momento, Él me hubiese pegado el tiro de gracia, no me habría quedado más muerta.

Y con el miedo, llegó el insomnio.

Me acostaba en la cama, a su lado, con mucho cuidado de ni siquiera rozarme un ápice y casi sin atreverme a respirar, rígida y minimizando todos mis movimientos.

A Él lo iba venciendo el sueño.

Cuando ya me parecía que se había quedado dormido, muy, muy despacio, me levantaba de la cama. A oscuras y procurando no despertar al niño en la otra habitación, me ponía a salvo.

Me iba a la sala y me tendía en el sofá, tapada con la manta de cuadros, un poco más tranquila, pero no lo suficiente como para que mi cabeza consiguiera reposar, de tantos pensamientos como la agitaban.

“Tienes que hacer algo. No puedes seguir así. No es vida. Tienes que hacer algo. Haz algo ya. Decídete. Saldrás adelante, no te va a pasar nada. No tengas miedo. No será capaz de hacerte daño. Dice esas cosas pero no las siente. Te quiere mucho. No tengas miedo. Él es bueno pero ya no eres feliz. Tienes que dejarlo…”

A veces ni siquiera me tendía, simplemente me envolvía en la manta, como un indio y sentada en el sofá, me mecía. Adelante, atrás, adelante, atrás, tratando de dejar la mente en blanco porque ya no podía más con mi carga.

Meses de infierno.

Me llevó un tiempo reunir el valor.

Tomar una decisión.

Alejarlo de mi vida.

Para siempre.

 

[Otras no han tenido la misma suerte que yo.
No puedo dejar de pensar en ello cada vez que me golpea,
una nueva noticia de violencia de género]

La foto es de Lanzarote.

Y la canción no tiene nada que ver con el texto,
pero es que la escuché hace unos días
y no puedo dejar de oírla.
¿No os sucede algunas veces lo mismo?

lunes, 14 de noviembre de 2011

Espinas

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Deliciosa rutina.

Días que pasan sin sobresaltos
con la suavidad de una pluma que aterriza en la hierba,
después de un viaje azaroso en brazos del viento loco que nos azotó este fin de semana.

Dormir a pierna suelta en el sofá mientras los rayos de sol inundan la estancia
aromatizada por el olor a comida reciente. A fuego lento.

Truchas rellenas de jamón serrano.
Berenjenas rellenas gratinadas con queso.
Langostinos al horno.
Ensaladas variadas.
Alvariño fresco.
Tarta de queso.

Delicioso festín.

Ron toqueteándome en las piernas como un niño travieso para que le tire un juguete, para que le suba a mi regazo, o al sofá. También él ansía el sueño amoroso, las caricias en la tripa de pelo rizado. Su pequeño cuerpecito de tres kilos se infla y se desinfla acompasado en cuanto se rinde al cobijo de mi cuerpo.

Deliciosa respiración.

[Ahora entiendo mejor que nunca porque los animales se emplean en muchas terapias]

Y Congo,
y Senia,
los dos tan cerca de mí pero con sus propias historias.

Y tejer, y coser, y leer y recordar…
recordar Lanzarote, tan reciente todavía.

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Deliciosa serenidad,
a pesar de las espinas del camino.

 

 

Simple things, que diría Zeltia

Las fotos las hice en el Jardín de Cactus de Lanzarote

SAM_1571

jueves, 10 de noviembre de 2011

Fue en aquel cine, ¿te acuerdas?

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Congo, al igual que yo, es un amante del cine; suerte que tenemos el gusto de compartir. Si bien cada uno de los dos tenemos nuestras preferencias cinematográficas, también es verdad que tenemos una franja en común de películas de las que podemos disfrutar por igual.

La primera película que vimos juntos fue Million DolLar Baby. Recuerdo que conversamos (bueno, nos mensajeamos) acerca del final, de lo que pensábamos cada uno de nosotros que sucedería después del The End. Por aquel momento todavía no éramos pareja, pero teniendo en cuenta que Congo me gustó desde el primer momento que puse los ojos en él, recuerdo que su proximidad en la sala oscura me llenaba de dicha y de esperanza. Voy a hacer memoria:

Aldabra
MIércoles 09 Febrero 2005 – 10:06:48

Mensaje: Hoy, de nuevo, hace un día precioso. El cielo está despejado, las grúas grises brillan por el efecto del sol que está saliendo. Dos gaviotas reposan perezosas sobre el tejado de uralita de uno delos talleres…

¿Te das cuenta qué maravilloso es este mundo imperfecto?

Me encantaría estar ahora en un barco y salir a cubierta y ver el mar. Tiene que ser bonito en esta hora de la mañana, y como en las películas, ponerme en la proa y lanzarme al mar, con los brazos estirados, entrando en el agua con la suavidad de las sirenas.

Todavía sigo pensando en la película, es que después de que suceden las cosas me gusta analizarlas, comprenderlas. Y hoy me desperté pensando. Pensando.

Congo
Miércoles 09 Febrero 2005 – 12:54:54

Mensaje: En cuanto a la bonita mañana que me has descrito, no puedo estar más de acuerdo contigo pero en ningún momento te he hablado de que este mundo es imperfecto; al contrario, es un maravilloso planeta que una “RAZA IMPERFECTA” se está encargando de destruir. He tenido la suerte de vivir intensos momentos a solas con una Aurora Boreal, con maravillosos cielos estrellados, con amaneceres y ocasos de colores imposibles, con mares multicolores y lisos como espejos pero ves que poco a poco todo eso, aparte de que la mayoría de las personas no lo aprecian e incluso se mofan, nos lo estamos cargando y eso me entristece y me mantiene enemistado con los de mi misma especie.

Y mira tú que casualidad que mientras me afeitaba esta mañana también estuve pensando en la película y si te hubiera tenido al lado te habría hecho dos o tres preguntas. Por ejemplo: ¿Cómo crees que acaba? ¿Se suicida o se compra el bar de las maravillosas tartas de limón? Desde luego está muy bien terminada. ¿No te parece un poco triste que en el momento que le va a practicar la eutanasia, ella no pueda decir nada, lo que siente, no sé, despedirse al menos? Y aunque el guión es sólido y presenta pocos fallos, ¿no te parece un poco forzado el que pueda desconectar las máquinas que la asisten y que el electro señale muerte cerebral y que las enfermeras no se den cuenta a pesar de estar monitorizada?

Aldabra
Miércoles 09 Febrero 2005 – 14:18:46

Mensaje: Tienes razón en lo de la raza imperfecta. Hay que ser más precisos, yo es que cuando hablo de mundo incluyo todo el equipo, naturaleza y personitas que viven y ¿piensan?.

Respecto a lo que dices de que hay gente que se mofa cuando comentas la belleza de una noche o del mar, o de lo que sea, y te llaman cursi o romántico, ¿sabes qué te digo?, que allá cada uno con su vida. A mí ese tipo de cosas no me preocupan. Tal vez es envidia porque ellos no pueden sentir de ese modo, o no lo saben decir. No sé.

Sobre las preguntas de la película:

1. Creo que no se suicida, creo que se compra el bar precisamente por ella pero todo puede ser. Ni siquiera había pensado en la idea del suicidio.

2. Ella no necesita decirle nada porque él ya abe lo importante que era para ella, no sólo era importante, era todo cuanto tenía. Muy triste, que te fallen los tuyos es lo peor que te puede pasar. Yo no habría superado muchos momentos malos que me tocó vivir sin la ayuda de mis padres, de mis amigos y si no fuera por Senia… Ella especialmente me ha dado las fuerzas para subir peldaños.

3. También pensé lo mismo que tú, ¿por qué no se dan cuenta que la mata? pero tampoco le di mucha importancia, no creo que en el hospital fuesen a hacer nada después de lo que ella mismo hizo por intentar morirse. Yo también querría morirme en ese estado, no tengo ninguna duda.

Por cierto, casi se me olvida. ¿Que suerte haber visto la Aurora Boreal! Tienes que contármelo con más detalle.

Y HASTA AQUÍ PUEDO LEER.

 

En nuestra trayectoria en común hasta la fecha hubo una película de muchas lágrimas, por mi parte, claro, Congo no es de llorar. Tanto y tanto lloraba que Congo se ofreció a que nos fuésemos de la película pero la verdad es que a mí me estaba gustando aunque me pareciera terriblemente triste: Danny The Dog. Recuerdo que era verano y yo llevaba un vestido blanco. Después de ver la película Congo me llevó a pasear por el parque municipal y a tomar algo al Bla Bla Café. Al volver a casa hicimos el amor. Lloraba cuando lo despedí para irse a su casa. Todavía no vivíamos juntos.

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Pero también hubo risas. Una de las películas en las que más recuerdo haberme reído fue La Torre de Suso. Hay que señalar que soy muy fan de Javier Cámara y Gonzalo de Castro, creo que los dos son de los actores que o te gustan o te desagradan. Y a mí me gustan mucho [ojalá vuelva a empezar pronto Doctor Mateo].

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A veces vamos al cine solos, él se va a ver sus películas de miedo y ciencia ficción y yo mientras tanto, aprovecho para ver películas que sé que me gustarán más a mí que a él, bien voy sola o con alguna amiga/o. Es el caso de Un hombre soltero [¡Como me gustó esta película! También soy muy fan de Colin Firth y de Julianne Moore], Biutiful o Beginners [en esta película sale un personaje maravilloso, un precioso perro que enamora a cualquiera].

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Las últimas películas que vimos juntos fueron Eva y Las aventuras de Tintín: El secreto del Unicornio. Eva nos pareció una gran película por la historia que cuenta, por la sorpresa inespereda que se produce, por la buena interpretación de los personajes, por el paisaje, por la música… Vamos, que nos encantó [nosotros no le ponemos reparos a una película por ser española o de la nacionalidad que sea] y Tintín le gustó más a Congo que a mí.

pelicula-eva    tintín

 

Os iba a dejar el trailer de Eva pero es que no quiero desvelaros nada, mejor ir a verla y que os sorprenda. Pero igual os gusta ver esta pequeña entrevista al director y los actores

El cine forma parte de nuestra vida, podríamos ir al cine todos los días si nos lo permitiera el bolsillo y si la cartelera fuera suficientemente interesante.

Y tú, ¿quieres contarme de tus películas?

 

No podía irme sin dejar algo de una de mis películas favoritas.

Que casi se me olvida:
Esta entrada se debe a que un día acepté hacer este Meme,
en el blog de Mucipa.

sábado, 5 de noviembre de 2011

Haciendo balance

tarabela

No me engaño a mí misma, ¿para qué?
Ahora tengo ya casi cuarenta y nueve años [gasté ya más de la mitad de mi vida, seguro], y soy perimenopáusica. Tengo sofocos, a pesar de la soja, y duermo mal por las noches.
Tengo cinco lunares nuevos en la espalda y algunas manchas oscuras en la piel de las manos.

Tú tampoco eres el mismo: menos pelo, más pereza.

Tantas palabras para explicar que la pasión, conforme pasan los años, termina por apaciguarse.

A veces no puedo dejar de echar de menos aquellas tardes noches amorosas de cortinas descorridas, escondidos en tu casa bajo el nórdico de manzanas verdes. 

Es verdad que ya no es como antes, pero ¿sabes qué, Congo? Dentro de mí, de mi corazón, tú sigues siendo el mismo trol de mis primeros versos , aquellos en los que yo era una princesa encerrada en la torre de un castillo. Y tú siempre me rescatabas.

 

No es necesario que todo sea como antes. ¿para qué?
Todavía hacemos planes para emprender nuevos viajes, y reímos.
Reímos mucho.
Y dormimos abrazados.

 

…………………………………………………………………..

La foto la hice este verano en esta tienda tan curiosa de moda y complementos:
Tarabela, en A Coruña

 

 

miércoles, 2 de noviembre de 2011

A CASA

SAM_1696

Diario de Viaje. Lunes 24 de octubre de 2011.

mordedura

Esta mañana me rasguñó la muñeca Camoes, el perro de Saramago pero no me mordió porque sea un perro agresivo, no, me mordió porque es viejito [ya tiene 17 años] y está ciego. Tal vez al acercar mi mano a su hocico pensó que iba a ofrecerle comida [fue la versión que me ofreció el guía].

“A cierta distancia de aquel herido paisaje que hoy se denomina Parque Nacional de Timanfaya, vive, en una bella y blanca casa de perfil insular, José Saramago. Al llegar a la isla aún no castigaba el calufo, ese calor local y profundo, ni el siroco imponía en el cielo su amarillo de desierto africano. Los tres perros que Pilar del Río, la esposa del escritor, ha rescatado del abandono de sus dueños, alborotan entre curiosos y alegres alrededor de la mesa donde está servido el café. Ella los identifica: "el caniche se llama Pepe;

Camoes

el de agua, Camoes, y la yorkshire, Greta",

SAM_1720

mientras va llenando de elogios y cuidados a ese tumulto canino. Luego, ya en la acogedora biblioteca del escritor, los sonidos lejanos semejan un suave salmodia enmarcando la entrevista...” 

[la entrevista completa aquí]

Aún me quedan algunas cosas de interés por ver en Lanzarote pero a estas alturas del viaje, sé que solamente por ver “A casa” y la Biblioteca de Saramago, mi visita a la isla ya ha merecido la pena.

En los dos lugares se respira tranquilidad, arte, orden, equilibrio y mucho, mucho cariño.

josé y pilar 1      josé y pilar 4 

josé y pilar 3       josé y pilar 2

josé y pilar 5

Las fotos y cuadros de José y Pilar salpican todas las estancias.

las 4 en punto

Y los relojes de toda la casa marcan la hora en la que se conocieron.

despacho

A Casa es “Una casa hecha de libros”

SAM_1718

“Galería: Piedra y luz”

salón  

su sofá de piel marrón

“Salón: La caída de la tarde”

dormitorio

“Dormitorio: Sentir que se acaba el día”

la cocina

La Cocina: El hogar de la casa”

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el olivo  SAM_1727

“Jardín: Un olmo, tres olivos, un granado y el sol del membrillo”

la silla del jardín

Y la silla donde le gustaba sentarse a contemplar la isla.

a casa - folleto

Biblioteca

Edificio Biblioteca

la biblioteca

“Dice José Saramago que los libros hay que abrirlos con cuidado, porque tienen dentro al autor, con toda su sensibilidad, con todo lo que le ha hecho ser único e irrepetible. Dice que hay que pasar la yema de los dedos por los lomos de los libros con un gesto cómplice, decirles a los escritores que no están olvidados y demostrarlo acudiendo a ellos, hoy un libro, mañana otro, para que no se desesperen mientras nos aguardan y nos reclaman…”

la bilbioteca 2

“La biblioteca está presidida por un retrato de José Saramago y su esposa del pintor  checo Jiri Dokoupil que plasma un momento de la presentación del libro “Las pequeñas memorias…“

“… los libros escritos por mujeres están juntos y por orden alfabético. Saramago nunca compartió este criterio, pero respetó la decisión de su esposa, que no quiso que autoras que no fueron consideradas por sus pares por el hecho de ser mujeres estuvieran condenadas a compartir estantes con quienes no las respetaron o valoraron.”

[Párrafo extraídos de una Guia de visita que compré]

 

Quijotes 1   Quijotes 3

Quijotes 2

Quijotes 5

Quijotes 0

Sus Quijotes

Saramago en figura   En el Nobel

Si bien me gustó ver de cerca como vivió [somos curiosos por naturaleza], he de reconocer que sentí cierto pudor. No sé, exponer así todas sus cosas: su cama, su sofá, sus objetos personales…

¿Qué pensáis vosotros?  

 

 

el viaje no acaba nunca

Quiero añadir los poemas que me han dejado en sus comentarios Toro Salvaje, del blog que lleva su nombre

José Saramago no ha muerto.
A las 17:37 de hoy martes
veintiseis de julio de 2011
ha subido al autobús
de la línea número 17
cerca de Plaza Cataluña.
Ha caminado lentamente
apoyado en su bastón
y se ha sentado frente a mí.
Iba a saludarle ilusionado
pero su mirada de súplica
me ha hecho desistir.
Al llegar a mi parada
me he despedido de él
con una sonrisa cómplice.
Quiere pasar inadvertido
y no seré yo quien le traicione

y Carlos del blog Apenas Penas

Morir en Lanzarote, colmenera
donde urdir la palabra combativa,
arder en carne viva
más allá del ardor y la ceguera;
hubo un tiempo de abril en primavera,
de claveles en flor, de voz altiva,
con tu verbo de savia y de saliva
atizando los gajos de la hoguera.
Libertario de lumbre, fuego ardido,
no habrá nunca ni olvido
ni indulgencia,
ni egoísmo de sal, ni Dios ateo,
sólo un laico deseo:
“Resistir desde toda resistencia”.

 

Gracias chicos,